GIMNASIA CORRECTIVA ¿REALMANTE FUNCIONA?
Desde hace años la Asociación EDEPA ofrece a sus socios y familiares diversas actividades lúdicas y deportivas, algunas de las cuales van encaminadas a mejorar la calidad de vida del enfermo reumático.
Las clases de gimnasia correctiva son un ejemplo de estas actividades, a través de las cuales intentamos conseguir, no sólo un beneficio físico, sino también mental.
Estas clases, impartidas siempre por fisioterapeutas, tienen una duración de 45 minutos y se estructuran en tres fases: inicialmente una fase de calentamiento como preparación para el ejercicio; una segunda fase de trabajo activo encaminada a mejorar globalmente la musculatura que interviene en la postura y finalmente una tercera fase de estiramientos de los músculos anteriormente trabajados para mejorar la flexibilidad y evitar lesiones.
Todo esto se realiza intentando mantener un marco de cordialidad, ambiente distendido e, incluso, diversión para evitar la monotonía, puesto que el ejercicio debe ser realizado con regularidad
(2 o 3 días por semana).
En términos generales, ésta sería la dinámica habitual de los socios que acuden a gimnasia correctiva, pero ¿cuál es la finalidad de estas clases? Inicialmente buscamos mejorar física y anímicamente al paciente, pero de una manera más específica el objetivo es la corrección postural que se conseguirá si somos capaces de:
- Mejorar la flexibilidad.
- Aumentar la fuerza.
- Aumentar la capacidad respiratoria.
- Relajar la musculatura.
Ahora bien, ¿somos capaces de conseguir estos objetivos a través del ejercicio?, es decir, ¿funciona realmente la gimnasia correctiva? Para poder comprobar que nuestro trabajo y el del paciente tienen un beneficio realizamos todos los años valoraciones, tanto subjetivas como objetivas, del estado general del enfermo reumático. Estas comprobaciones las realizamos a través de encuestas, test, escalas de valoración y mediciones que nos proporcionan datos de la percepción que el paciente tiene de su enfermedad, así como datos que nos permiten determinar si la corrección postural se ha llevado a cabo.
Generalmente las “Hojas de Valoración” se distribuyen dos veces al año, una al inicio del curso (octubre) y otra al finalizarlo (junio). En estas hojas recogemos:
En primer lugar, los datos personales del paciente, sus antecedentes personales y la evolución de su enfermedad.
En segundo lugar, el paciente señala en una escala del 1 al 10 cuál es su nivel de dificultad / facilidad para determinadas actividades de la vida diaria.
En tercer lugar, el paciente determina en una escala similar (1 – 10) la intensidad / ausencia de síntomas relacionados con su enfermedad (dolor, rigidez, cansancio, hinchazón…).
Y por último, haciendo una valoración global el paciente “pone nota” a su estado general.
A continuación somos nosotras, las fisioterapeutas, las que realizamos la valoración, a través de la cinta métrica, de los niveles de flexibilidad de columna vertebral y capacidad respiratoria mediante el test de Schober, medición de la distancia dedos – suelo y medición de la expansión torácica.
Cuando realizamos una comparativa de las valoraciones y mediciones de octubre y junio encontramos que TODOS los pacientes que acuden a gimnasia correctiva presentan mejoría en la medición de alguno de los parámetros estudiados. Es evidente, por lo tanto, que existe un aumento de la flexibilidad vertebral y suele ser mucho más evidente el aumento de la capacidad torácica. Además el paciente valora de forma más positiva su estado general y determina en la escala de valoración una mayor facilidad para las actividades de la vida diaria.
En determinadas ocasiones entregamos al paciente por escrito un cuadro – resumen con los datos comparativos de las mediciones realizadas durante el curso para que así ellos vean también su evolución y puedan motivarse para no abandonar una actividad que les está proporcionando calidad de vida.
Podemos concluir, por lo tanto, que los pacientes que acuden con regularidad a las clases de gimnasia correctiva ven mejorada su flexibilidad, ven aumentada su capacidad torácica y su fuerza, consiguiendo así un mejor control de la postura, una disminución de las dificultades en las actividades de la vida diaria y finalmente un aumento de la calidad de vida.
¿Funciona la gimnasia correctiva? Podemos asegurarlo: SÍ
Patricia Pérez Parada
Fisioterapeuta
Colegiada. 2545