Hemos oído hablar en numerosas ocasiones de la relación que tiene nuestro estado de ánimo con nuestro estado de salud – enfermedad. Sin necesidad de ningún estudio científico que lo corrobore, todos hemos sido conscientes de esta relación en algún momento; alguna vez hemos dicho u oído: “tengo mucha angustia en el trabajo y se me cargan los hombros” o “estoy teniendo un problema familiar y llevo varias semanas con dolor de cabeza” o “cuando estoy estresado me duele más”…
Podría seguir nombrando multitud de situaciones que relacionan DOLOR con ESTRÉS y, por extensión, ENFERMEDAD con EMOCIÓN. Dos personas con la misma dolencia se enfrentan de forma diferente a sus síntomas en función de su estado anímico y, este estado anímico, es capaz de modificar la percepción que el paciente tiene de su propio estado de salud.
Podemos abordar, por tanto, la enfermedad del paciente, no sólo desde el punto de vista físico, sino también mejorando su estado anímico. Cuando el paciente es capaz de gestionar adecuadamente sus emociones, también es capaz de mejorar la percepción de su estado de salud y, en consecuencia, la capacidad que tiene para enfrentarse mejor a su enfermedad. El paciente conseguiría así autorregular su equilibrio cuerpo – mente.
Y aquí es donde entran en juego las flores de Bach, como una herramienta para ayudar al paciente a recuperar su equilibrio emocional. Las flores de Bach son un conjunto de 38 esencias florales descritas por el Dr. Edward Bach. El Dr. Bach, médico cirujano, bacteriólogo, patólogo y homeópata (1886-1936) percibía la enfermedad como la consecuencia de un desequilibrio emocional y afirmaba que “la enfermedad no existe; lo tratable es la actitud de la persona que la sufre”, por lo tanto, “no hay enfermedades, sino enfermos”. Con estas afirmaciones podemos entender que un cambio en la actitud del paciente, un cambio en su forma de enfrentarse a los problemas, un cambio en su forma de percibir la vida, un cambio en la forma de gestionar sus emociones… puede modificar sus síntomas y, de forma directa, su enfermedad.
Las flores de Bach ayudan a las personas a gestionar estados anímicos. “La enfermedad es (en palabras del Dr. Bach) fruto de un conflicto entre el Alma y la mente”. Son cada una de las esencias florales las que intervienen mejorando este conflicto Alma – mente.
Las flores de Bach no tienen contraindicaciones, no interaccionan con la medicación, las pueden tomar bebés, niños, embarazadas y ancianos.
Las flores de Bach marcan en mi vida profesional y personal un antes y un después. Siento por lo tanto la necesidad de dar las gracias a mis maestros José Salmerón y Laure Ferrié por servirme de guías, al Dr. Bach por compartir su sabiduría y a mis esencias florales por acompañarme cada día en mi trabajo y en mi vida.
Patricia Pérez Parada
Fisioterapeuta Colegiada nº 2.545
Terapeuta Esencial desde el 30 de septiembre de 2010